¡Bienvenidos a Cientifiquillos!

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domingo, 15 de enero de 2012

EL PINSAPO

PINSAPO  (Abies pinsapo Boiss.)
Cuentan que Pierre Edmond Boissier, un botánico suizo que andaba herborizando por el sur de España en 1837, con su mula y su intérprete, no daba crédito a lo que estaba viendo cuando un farmacéutico malagueño le mostró una ramita de este árbol. “¿Un abeto? ¿En el sur de España? ¡Pero si los últimos abetales que vi antes de llegar aquí estaban en los Pirineos!” debió pensar. Fueron necesarios varios meses de búsqueda hasta que encontraron el primer ejemplar con piñas frescas en la Sierra de las Nieves.  Sus acículas (hojas) eran más cortas y más duras que las del abeto blanco, como adaptación a nuestro cálido y seco verano ya que minimizan las pérdidas de agua. El pinsapo o abeto andaluz había nacido para la ciencia y Boissier se hizo con el sobrenombre de padre de la botánica andaluza.
Seguramente os estaréis preguntando: ¿es que no había botánicos españoles capaces de descubrir un pedazo de árbol como este? Pues sí que los había; concretamente Mariano Lagasca y Simón de Rojas, en la Universidad de Sevilla, preparaban un trabajo muy completo sobre su viaje a las sierras de Málaga en 1809, en el que describían, además de otras muchas,  esta especie; primero en Grazalema, y después en Ronda. La represión antiliberal y anticientífica de Fernando VII destruyó lo más selecto de mi herbario y biblioteca y lo que es más, todos mis manuscritos, fruto de treinta años de observaciones[1] afirma Lagasca en sus escritos, que vio cómo la turba enfurecida arrojaba al Guadalquivir todos sus trabajos y sus herbarios con las muestras del pinsapo. Y en ciencia, sin pruebas, no hay descubrimientos que publicar. Seguramente por esta razón Boissier viajó a España, porque era un territorio “sin explorar” donde poder realizar importantes hallazgos.
A los españoles nos queda un consuelo, aunque llega tarde. En 2002 fueron descubiertos, olvidados en el archivo del Real Jardín Botánico de Madrid, unos trabajos de 1809 en los que se describía un abeto andaluz. Su autor: Simón de Rojas, el compañero de Mariano Lagasca.


[1] Pezzi Ceretto, M. (1995) Estudio preliminar del “Viaje Botánico al sur de España durante el año 1.937, de Charles Edmond Boissier.  Fundación Caja de Granada y Universidad de Málaga.

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